El acompañante actúa como un modelo a seguir, por eso es fundamental su proceso personal, muestra pero no dirige, guía pero no impone, ayuda pero no anula la autonomía, acompaña pero no invade los espacios de las criaturas, mantiene la cultura de respeto y el ambiente relajado a través de los límites y las normas, participa en la resolución de conflictos sin juzgar las conductas ni los comportamientos, sin imponer un modo de resolución, ayudando a construir espacios de expresión desde el respeto y la aceptación de las diferencias como una oportunidad de crecimiento que ayuda a las criaturas a construir sus relaciones. Acompaña procesos de auto aprendizaje dirigidos por el interés de las criaturas, de forma significativa y vivencial, no llenándolos de conocimientos ya elaborados que no admiten otra visión.